«...mientras las algas ponen / un collar en mi cuello»
María Victoria Atencia
Con motivo del 8M Irene Soler (@IreneSoler20 en twitter) nos pedía que referenciásemos a las escritoras que habían generado sobre nosotras un impacto. Yo cité a María Victoria Atencia —de Málaga, algo más conocida, aún viva— y a Julia Uceda —de Sevilla, completa desconocida, aún viva—. Ambas pertenecen a la Generación de los cincuenta, generación que se vio jerarquizada y capitalizada sobre unos cuantos nombres (masculinos y nunca de las periferias autonómicas) debido a la autopromoción consciente, publicitaria y nunca literaria (son palabras de Gil de Biedma), que los propios poetas de la generación llevaron a cabo. Lo de Uceda y Atencia es peculiar: siendo la primera Premio Nacional de Poesía en 2002, y siendo la segunda Premio Nacional de la Crítica de 1998 y de la Real Academia Española en 2012, todavía cuentan con una presencia estrechísima. Sobre todo Uceda, a quien se la ignora incluso en los cenáculos de la poesía.

Que en este siglo contemos con Bibliotecas de crítica on-line y con Antologías accesibles desde la Red es de vital importancia, entre otras cosas, para afrontar casos como los suyos. De ahí que nos debamos dirigir a la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes: porque siendo ella la primera biblioteca virtual creada en nuestra lengua, le corresponde el mérito de recuperar extractos de la literatura femenina en toda nuestra Historia, a un nivel no solo expositivo, sino crítico.
A María Victoria Atencia le dedica una semblanza crítica, una recopilación de textos (muy, muy cuidada), una extensa bibliografía y unos enlaces que remiten a más poemas:
De
Julia Uceda, por su parte, aunque todavía no se le ha dedicado un portal específico, recoge una amplia bibliografía en la que se condensan textos y reseñas a la autora, investigaciones críticas a su vida y obra e investigaciones firmadas por la propia Uceda.

Como nuestro ámbito es el de la docencia, también debemos añadir que de esto podemos sacar un recurso pedagógico. Llevar al aula de Lengua y Literatura Castellana la Cervantes Virtual nos serviría para expandir la noción que el alumnado tiene de la literatura. Podríamos proponerles que trabajasen con proyectos a partir de las semblanzas críticas que la biblioteca dedica a las autoras. Estaríamos, con ello, guiándolos en un proceso de creación de nuevas perspectivas (referidas al canon, a la literatura de mujeres y a la escritura en general) y, con ello, fomentaríamos el trabajo en equipo, la utilización autónoma de nuevas informaciones y tipos de bibliotecas y el uso de las TIC. Favoreceríamos, además, a un tipo de aprendizaje no basado en lo memorístico, sino en la búsqueda de información, de síntesis y de reflexión coherente.
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Yo me muestro optimista: mientras existan bibliotecas como la Cervantes, que señalen con el dedo que ellas estuvieron ahí, aunando la inmediatez y la proximidad que sirve Internet a las perspectivas críticas y académicas de los profesionales que tienen detrás, sé que el silencio se nos irá encogiendo.
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