Constelación de la cigarra y la hormiga: relato literario




Os presentamos nuestro relato literario sobre la archiconocida fábula de la cigarra y la hormiga. 
¡Esperamos que os guste y os entretenga!


Pues baila ahora

En un lugar de Macondo [1] de cuyo nombre no quiero acordarme [2], vivían las hermanas Karamazov [3]: Samsa [4] y Atta [5]. La primera era una joven de ojos tan verdes como las cigarras del campo, perezosa, animada y con aire desenfadado. Se pasaba las horas cantando sin comer ni beber [6]. La segunda, que viste siempre de colores oscuros, es mayor que su hermana, más trabajadora, implicada y responsable, pero muy orgullosa y prejuiciosa [7]. Desde los cuatro años, Atta leía de corrido y empezó, de forma natural, a desear tener libros [8]. Durante su último año en el instituto, pasaba los días estudiando para poder cursar Biología en la Escuela Mandrágora [9], un centro de enseñanza especializado en el estudio de la naturaleza. Y es que Atta, además de su afán por los libros, sentía una enorme devoción por el medio natural. Samsa tenía otros hobbies bastante diferentes. La mayoría del tiempo lo dedicaba a cantar y bailar en Tiktok. Girls just wanna have fun era una de sus canciones favoritas. Es cierto que poseía un don, pues su voz podría despertar la envidia incluso de la mismísima Cindy Lauper [10]. Sin embargo, su madre más bien la comparaba con aquella princesa de cabellos rubios por ser una auténtica dormilona [11].
Samsa y Atta, a pesar de ser mellizas, tenían una habitación propia [12] que se comunicaba a través de una puerta [13] en el centro de la pared, casi mágica. Su madre pensó que necesitarían un espacio propio donde desarrollar su personalidad, sin apagarse la una a la otra, pero pudiendo comunicarse entre ellas. Cuando eran más niñas, solían jugar a un juego que llamaban «La casa tomada» [14]. Consistía en invadir lentamente la habitación de la otra cuando sentían miedo, cuando querían hablar, jugar o simplemente estar juntas, daba igual cual fuese el motivo. Sin embargo, había pasado mucho tiempo desde que no se abría dicha puerta. En el último año, esto solo ocurría cuando Samsa pretendía provocar a Atta y persuadirla para que no dedicase tanto tiempo a sus estudios.
—¡Eres un auténtico bicho raro! —le decía a menudo.
—Cada uno recoge lo que siembra —solía contestarle Atta.
Transcurrido el curso escolar en el instituto, llegó el mes de junio y con él el tan ansiado verano azul [15]. Aún no os he contado que la familia tenía por costumbre veranear en la localidad costera de Utopía [16]. La única condición que sus padres les habían puesto para poder pasar allí los meses de verano era que trabajaran durante el curso. Y así lo hicieron porque se dieron cuenta de que la actitud de Samsa había cambiado. Mientras Atta, como era de esperar, terminó sus estudios con buenos resultados, Samsa suspendió algunas asignaturas por no haberles dedicado nada de tiempo.
Llegó el día de los preparativos. Maletas y cajas pululaban por la casa. Samsa, confiada, bajó las escaleras cargada con sus cosas, dispuesta a irse de vacaciones con la familia. Mientras sus padres estaban colocando todo en el coche, las mellizas se cruzaron en la puerta de salida. Atta, ante la ridícula imagen de su hermana —ataviada con un sombrero playero y unas gafas de sol de flamencos rosas [17]—, enrojeció de rabia y le preguntó:
—¿Dónde te crees que vas?
—De vacaciones, como siempre —contestó ella.
—«Mira, querida, si hubieras trabajado entonces, cuando te metías conmigo porque me esforzaba, no te faltaría ahora libertad» [18].
—Yo...yo… ¡Eso no es verdad! —balbució Samsa, empezando a enrojecerse también por el enfado de su hermana.
—¿No es cierto acaso que te has pasado el invierno vagueando, cantando y bailando, metiéndote conmigo por querer trabajar y esforzarme?
—Bueno… yo…
—Tú, sí, tú. Así lo has hecho. ¡Pues baila ahora! [19] —sentenció Atta con orgullo, cerrando la puerta de la casa de un portazo.
Desde la ventana, vio a su hermana meterse en el coche. Sus padres entraron un momento para despedirse de ella. Le dedicaron una mirada dura, aunque compasiva. Su madre la abrazó y le dijo:
—Sabías cuáles eran las condiciones, Samsa. El esfuerzo siempre tiene su recompensa y, hasta en los más oscuros momentos, si somos capaces de usar bien la luz [20], podemos obtener aprendizaje. Estoy segura de que así lo harás.
La abrazó también su padre y salieron ambos. Estaba muy dolida con su familia, pero también furiosa consigo misma. Permaneció allí de pie unos minutos, con la mente en blanco, hasta que comenzó a pensar en cómo afrontar la situación. Samsa tuvo tiempo más que suficiente para reflexionar aquel verano. No fueron necesarias mil y una noches [21] de soledad para que recapacitara, pues solo le hizo falta la primera.

Fin


Referencias intertextuales:

[1] García Márquez, G. (1967). Cien años de soledad.
[2] de Cervantes, M. (2011). Don Quijote de la Mancha.
[3] Dostoyevski, F. (1880). Los hermanos Karamazov.
[4] Kafka, F. (2015). La metamorfosis.
[5] Atta [Personaje]. Bichos: una aventura en miniatura. (1998). J. Lasseter, y A. Stanton.
[6] Platón. (1986). Fedro. Fábula etiológica de las cigarras. [Cita adaptada].
[7] Austen, J. (2020). Orgullo y prejuicio.
[8] Dahl, R. (2016). Matilda. Santillana. Traductor: Pedro Barbadillo.
[9] Columbus, C. (2002). Harry Potter y la cámara secreta.
[10] Lauper, C. (1983). Girls just wanna have fun [Canción].
[11] Aurora [Personaje de Disney]. La bella durmiente. (1959). C. Geronimi.
[12] Woolf, V. (1929). Una habitación propia.
[13] Carrol, L. (2017). Alicia en el País de las Maravillas. Luis Vives (Edelvives).
[14] Cortázar, J. (1946). La casa tomada [Cuento].
[15] Mercero, A. (1981). Verano azul [Serie de Televisión].
[16] Moro, T. (1516). Utopía.
[17] Waters, J. (1972). Pink flamingos [Película].
[18] Esopo. (1978). La hormiga y el escarabajo. [Cita adaptada de la fábula agonal original].
[19] de Samaniego, F. M.ª. (1989). Fábulas. [Cita literal].
[20] Cuarón, A. (2004). Harry Potter y el prisionero de Azkaban. [Cita adaptada de Albus Dumbledore].
[21] Desconocido. (s. IX). Las mil y una noches.

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